sábado, 8 de diciembre de 2012

Stalin, el tirano rojo

Tras la muerte de Lenin en 1924, Stalin se hizo con el poder de la Unión Soviética. Su ideal de estado comunista sin ricos ni pobres, con salud y educación para todos estuvo muy alejado de la realidad. Los Gulags y las hambrunas mostraron al pueblo ruso el lado más oscuro del comunismo.  Durante sus 30 años en el poder murieron 20 millones de personas.
El 9 de marzo de 1953, Joseph Stalin moría en Moscú. Su funeral fue el de un semidiós. Última ironía de uno de los peores criminales de la historia del siglo XX, que llevó miseria a su pueblo mientras que creaba una admiración colectiva. Durante más de 30 años de gobierno absoluto murieron millones de personas.
Con la política de Stalin el nivel de vida descendió. La pobreza de principios de los años 30 era evidente en las calles de Moscú. En sus campos de reeducación por el trabajo, más conocido como el Gulag, encerró a 18 millones de rusos convirtiéndolos en esclavos. Maquiavélico y paranoico, Stalin inventó el juicio político, donde las condenas se fijaban antes del inicio de la audiencia. Dejó morir de hambre a 7.000.000 de campesinos como castigo por negarse a su revolución. Tenía engañado al mundo entero a través de falsas campañas de propaganda.
Durante la II Guerra Mundial Adolf Hitler se propuso destruir a Stalin. El 16 de junio de 1941 tres millones de soldados atacan la URSS. El nacionalsocialismo se hizo con la ciudad de Stalingrado, que finalmente fue liberada por las tropas rusas en noviembre de 1942. En febrero de 1943 se produjo la rendición de las tropas alemanas.

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